[Stoller] no se limitaba a documentar, sino que además interpretaba los edificios, traduciendo la visión tridimensional de un arquitecto a composiciones abstractas en dos dimensiones que tenían una belleza arrebatadora en sí mismas. Famoso por su habilidad para captar un edificio justamente desde el mejor ángulo y con la luz más adecuada, solía recibir encargos de los principales arquitectos del mundo, que hablaban, en tono de esperanza, de conseguir que sus creaciones fueran stollerizadas. "Yo considero mi obra de una forma que es análoga a la de un músico al que le dan una partitura para tocar y que tiene que traerla a la vida y hacer que la pieza sea tan buena como pueda llegar a serlo", dijo Stoller en una entrevista citada en un folleto de una exposición actual de su obra en el Museo de Arte Williams College. "Aunque no puedo hacer que un mal edificio parezca bueno, puedo extraer las cualidades de una obra que tiene fuerza". Fotografiaba principalmente